El frío dormido en la almohada
desmenuza los recuerdos,
los agiganta hasta que me ahogan
y te convirten en dueña de mis miedos
La misma noche que me vio nacer
en tu pupila hambrienta,
es la que me aleja del sueño
de ser juntos una sola estrella
y ahora que ya nunca amaneces
sedienta a orilla de mi cama,
a lo mismo este sol radiante
que en mis manos no sirve para nada.
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