junio 30, 2007

Keith Richards: Quién como tú


Keith Richards es lejos el personaje más extravagante de los Rolling Stones, y uno de los más extraordinarios del rock and roll. Puede darse el gusto de decir lo que quiera, y sonreír con la boca ladeada pensando cómo nos creemos cada una de sus palabras. Tanto los periodistas como nosotors los admiradores nunca saben si lo que dice es verdad, o si lo que se dice de él es verdad. Hay ciertas anécdotas que dejan ver la magnitud de esta personalidad tan poco usual y al mismo tiempo tan querible y tan expuesto.

La última de sus historias salió al aire la semana del lunes 2 de abril, cuando se publicó en la revista inglesa NME una entrevista al guitarra de los Stones. Richards debía seguir una especie de cuestionario, y en la pregunta “¿Cuál es la cosa más extraña que has tratado de inhalar?”, respondió “Mi padre. Inhalé a mi padre. Él fue cremado y no pude evitar la tentación de mezclarlo con un poquito de cocaína. A mi papá no le hubiera importado, le daría lo mismo. De hecho estuvo súper bueno, y todavía estoy vivo”.

La reacción mundial de la prensa fue exorbitante. Más aún considerando que siempre se espantan con comentarios de esa calaña, con comentarios tan ambiguos y ácidos que no saben si lo que dijo era cierto o si era un chiste. Hasta aparecieron los del E! Television publicando las confesiones de Richards, ¡JA! ¡Cómo hacen tema un tema que no es tema! Pero esa es su gracia, diga lo que diga, haga lo que haga, siempre hará noticia. Al día siguiente tuvo que salir un portavoz del músico para aclarar “que Richards estaba bromeando”.
Vale la pena recordar también cuando se informó que KR se había caído de una palmera en las Bahamas, aparentemente tras haber bebido una buena cantidad de vodkas naranja, tras lo cual tuvo que ser operado. Richards garantizó en esa misma entrevista que nunca volvería a subirse a un árbol: “yo en realidad no estaba subiéndome al árbol, estaba sentado en una fucking rama, me senté en la misma rama hoy, pero ese día caí de muy mal”.


O también cuando a fines de los setenta lo arrestaron en un hotel en Toronto por posesión de cocaína y heroína. El evento no fue menor: dentro de los Stones se cuestionaba la continuidad del guitarrista o la eventual búsqueda de un nuevo músico, ya que se pensaba que Richards cumpliría con cadena perpetua. La condena igual llegó, pero afortunadamente no alcanzó a afectar el ritmo de la banda. Richards tendría un año de libertad condicional, con el bonus extra de tocar un recital a beneficio. Para esas alturas, Richards también había logrado rehabilitarse de su consumo de cocaína. Entonces, y volviendo al comienzo, era obvio que Richards le estaba jodiendo al pobre periodista. Su padre falleció el 2002, y su período de rehabilitación como cocainómano finalizó por ahí por 1979. Una de dos, había que sacar las cuentas, o había que entender el característico humor burlón del Stone. Con Richards nunca se sabe, es tan salvaje, excéntrico e increíble que no sabemos si es real.

Noticias



Hnos. Cavalera entran al estudio


De acuerdo a la revista Bizz de Brasil, el nuevo grupo de los hermanos Cavalera, Max e Igor, entrará al estudio en julio para comenzar a registrar su álbum debut para lanzarlo a fines de 2007 o comienzos de 2008 a través de Roadrunner Records.
Aunque todavía no se confirma, se rumorea que la producción será realizada por el ex Machine Head y guitarrista de Soulfly Logan Mader, que trabajó con Soulfly en el cover de 'Beautiful People' de Marilyn Manson para la compilación de Kerrang! magazine llamada "Higher Voltage".
El proyecto, que se llevará a cabo en forma paralela con Soulfly, se espera que incluya las apariciones del guitarrista de Soulfly Marc Rizzo, además de otros músicos. Aunque gran parte del disco será registrada en Los Angeles, Estados Unidos, existe la posibilidad que graben dos o tres canciones en Brasil, de acuerdo a lo que mencionó Max, que mencionó que la música "es muy hardcore".




LED ZEPELLIN: La reunion que faltaba

La reunión rockera del día: luego de que varias bandas de rock clásico decidieran zanjar sus diferencias y volver a tocar juntas, parece que Led Zeppelin va a seguir el mismo camino. Según informa la prensa estadounidense, los miembros del mítico grupo de hard rock se habrían puesto de acuerdo para participar de un concierto de homenaje a Ahmet Ertegun, fallecido fundador del sello Atlantic.

Una fuente anónima (que nunca falta en estos casos) aseguró: "Page, Plant y Jones hablaron y acordaron dar un concierto en su memoria. Están esperando para definir una fecha. Y aunque nadie pueda creerlo, durante las negociaciones para este show dieron luz verde a una gira completa si todo sale bien y no se pelean. Ha sido esperado y negado por años. Pero esto es lo más cerca que estuvieron de una gira de reunión. La sensación es que va a pasar el año próximo”.

Desde su separación en 1980, Zeppelin dio algunos conciertos a modo de “mini-regresos”, como su participación en el Live Aid de 1985. La batería, puesto vacante desde el fallecimiento del gran John Bonham, se repartió entre su hijo Jason y Phil Collins. En esta oportunidad sería Jason el elegido.

Tributo


María Gabriela Epumer 1963 - 2003
Hoy se cumple 4 años de la partida de la mejor guitarrista del rock argentino, fue la guitarrista de Charly,integró Viudas e Hijas de Roque Enroll; colaboró con Fito y tocó con Spinetta; fue alumna de Robert Fripp. Hasta que se mando como solista y editó cuatro discos. Sin duda, María Gabriela Epumer fue una de las grandes del rock argentino. Aquí, un breve homenaje, repasando los puntos más altos de su carrera, sola y acompañada.
Una de sus primeras incursiones en el rock fue con Viudas e Hijas de Roque Enroll, banda que despertó polémica en su momento. Fue el primer grupo argentino integrado sólo por mujeres. El grupo se disolvió en el 88. A mediados de los '90 empezó a tocar con Charly. Desde ese entonces, se convirtió en guitarrista estable de la banda de García acompañándolo en shows, giras y grabaciones de discos.
En el 95 formó su propia banda A1, editó cuatro discos: "Señorita Corazón" en forma independiente en 1996, que contó con la producción de Tweety Gonzalez (ex Soda Stereo). En el 2000 grabó "Perfume". Un año más tarde, fue el turno de "Pocketpop"; el CD tenía dos canciones, un track interactivo y una lata de betún como packaging. Por último, en el 2003 salió "Compilady". Un compilado de rarezas, versiones electrónicas de algunas canciones, remixes y temas nuevos.

El sonido de María Gabriela como solista puede describirse como un pop dulce con letras que recorren diferentes temas (soledad, amor) y una voz suave y femenina.

Recién comenzaba su carrera como solista y proyectaba un futuro prometedor cuando la noticia de su muerte nos tomó por sorpresa. Seguramente podría haber llegado muy lejos. Tenía un sonido particular, distinto. Tenía talento y cosas interesantes para decir. Queda ese gusto amargo. Porque se fue una de las grandes del rock argentino acaso latino americano.

junio 29, 2007

Cuales son tus 4 patas?


Hablando con unos amigos sobre las nuevas bandas y sobre como están influenciadas por los pesos pesados del rock n' roll, salto la pregunta: ¿Cuales son las 4 patas en la mesa del rock n' roll?, y así empezamos.
Como ya se imaginaran las discusiones demoraron lo que se demoro en ser pronunciada la pregunta, yo creía tenerla clarita, The Beatles, Rolling Stones, Led Zepellin y Ramones. Pero cómo? y Sex Pistols?, y Elvis?, y este y el otro?... y fue la de nunca acabar, se torno imposible separar la pasión, amor y odio de la objetividad, y cada uno tiraba para su lado, en lo único que coincidíamos era en los Fab Four, pero porque tendría que ponerse en discusión a los Stones?, me parecía incomprensible si sus Majestades Satánicas están ahí desde el principio desde que todo iba tomando forma en fin como ya dije la de nunca acabar...
Mientras los oía discutir ya apartado de todo me di cuenta del abanico de posibilidades que te da el rock n' roll y su mas de medio siglo, y es que definitivamente ese tipo de preguntas es lo que mantiene vivo el rock, cada uno crea la banda sonora de sus vidas y es así como arma su mesa.
¿Cuales son tus 4 patas?

Se busca al nuevo U2


Por favor, dejemos aparte los prejuicios y las opiniones con respecto a U2, porque aquí buscamos a sus reemplazantes… hace poco en MTV.com, Chris Harris publicó un comentario acerca de los “candidatos” que se tomarían el puesto de U2 en esta época, basado en que siempre se han buscado a los nuevos Beatles y que los irlandeses están cerca de quitarles el puesto a nuestros queridos liverpulianos.

Lamentablemente, los requisitos que buscó este señor Harris para llenar el puesto de U2 no pasaron del tema político y de algunas cosas accesorias. Es decir, metió en el mismo saco a varios grupos que, en cuanto a estilo, no tienen nada que ver uno con el otro. Veamos.

El primero de los postulantes es Linkin Park. No me cabe en la cabeza la comparación entre U2 y Linkin Park, salvo que los dos son grupos súper vendedores, y que el último disco de los Linkin Park es “político”. Pero U2 sobrepasa la política y trata de hablarle a la gente en forma directa, por lo que no llamaría a U2 un grupo político, sino más bien una banda que no teme tocar los temas que afectan a la sociedad (en todo aspecto). Este señor también compara a la banda en términos de imagen (como que la carátula del “All That You Can’t Leave Behind” es similar al último trabajo de estos chiquilines del rock pop, “Minutes to Midnight”) y que ambos han trabajado con Rick Rubin. Si fuera por todo eso, hasta Shakira podría ser la nueva U2, hace trabajo humanitario en Colombia, y su disco también fue producido por el rey Midas, Rick Rubin. Entonces, ¿esas son razones necesarias para compararlos? No. Descartado.

El siguiente es Green Day. Ahí quizás podría encontrar algo similar… su primer punto de comparación es que tanto los irlandeses como el trío liderado por Armstrong creen en la reinvención. Ambos ahora poseen el estatus de ser “una de las bandas más importantes del mundo” y que las dos agrupaciones hacen trabajo humanitario. Lo que me dice al final de cuentas que Harris más que buscar al nuevo U2 está buscando al nuevo Bono. Hasta ahora, todavía no me ofrece a un grupo que se compare en términos musicales con U2.

Luego sigue Coldplay. Y la razón sigue siendo la misma, el trabajo humanitario de Chris Martin en la organización Oxfam. Y este joven señorito inglés mencionó a U2 como una de sus grandes influencias en un número de Rolling Stone en que se destacaban a las 50 mejores bandas de la historia. Pero creo que aún no es suficiente.

Después llegan las comparaciones más absurdas de todas: la primera con Nine Inch Nails. Me pregunto, ¿quién querría ser U2 siendo Nine Inch Nails? ¿Siendo el nombre más influyente en la música rock industrial y una de las bandas más importantes de toda la escena rockera desde los noventa hasta hoy? Harris establece el parangón basado en la campaña que hizo Reznor para PETA (protección de los animales) y en toda la temática que rodea a “Year Zero”, el nuevo disco de NIN… pero U2 nunca ha sido agresivo como Trent Reznor, ¿so?

Y finalmente, llega System of a Down. Básicamente por las mismas razones, estos descendientes de armenios armaron el Axis of Justice con Tom Morello para luchar por la justicia social. Pero está claro que su estilo musical no es para nada equiparable con el de U2.

Para mi gusto, creo que más que un sucesor, porque realmente no sé si han existido sucesores de bandas en la historia del rock en todo término, pero sí heredero de una forma de hacer música, es el grupo The Killers. Hay algunos pasajes de ciertas canciones en que pareciera que se está escuchando la guitarra de The Edge, o que se escucha la voz de Bono. Las influencias de ambos grupos son las mismas, básicamente algo del post punk y new wave -por algo a The Killers los llaman como la mejor banda inglesa salida de Estados Unidos- pero ambos grupos suenan con un estilo propio. O sea, U2 aquí y en la quebrada del ají se distingue, y pasa lo mismo con los muchachos de Las Vegas (por lo menos a mí).

Toda la discusión pierde sentido cuando nos adentramos en el contexto de vida de U2, de haber nacido en un país en constante guerra desde su misma formación como lo es Irlanda, de haber surgido popularmente en la década de los ochenta, entre medio de dictaduras, Reagans y Thatchers, y que incluso dentro de esos mismos años ninguna banda tuviera la misma propuesta que U2. Que musicalmente creyera tanto en Elvis como en The Beatles como en la espiritualidad del gospel y en la controversia del punk. Lo sentimos Chris Harris, pero tu esfuerzo fue en vano. U2 sólo puede ser U2, y no otro. ¿Y por qué buscarles reemplazantes, si están vivitos y coleando, para el pesar de muchos y la alegría de muchos más? Como siempre, les dejo esta propuesta para que opinen y se manifiesten.

Como siempre, les dejo la propuesta para que ustedes opinen y expresen sus pensamientos.

Noticias


Los Gatos volvieron a Rosario

La nostalgia descendió en la fría noche del sábado para el histórico recital de Los Gatos con Fito de invitado.
Agencia DyN

La banda pionera del rock argentino en castellano Los Gatos se presentó en Rosario ante unas 10 mil personas que disfrutaron de un espectáculo gratuito en la Plaza San Martín, al conmemorarse 40 años de la aparición del primer simple del grupo con los temas “La balsa” y “Ayer nomás”.

El acto se realizó bajo la consigna “La Balsa Cívica. La Rosa Trovarina”, en festejo también por los 25 años de la irrupción de la denominada Trova Rosarina.

El lanzamiento del simple, que llegó a vender 200 mil copias y señaló lo que muchos consideran el nacimiento del “rock argentino” en castellano, fue recordado por la formación original de la banda, Litto Nebbia, Ciro Fogliatta, Alfredo Roth y Kay Galifi.

Los músicos recordaron al fallecido Oscar Moro, también miembro de la banda en 1967.

Muchas familias se hicieron presentes, aunque la nota destacada la brindaron los miles de jóvenes que se congregaron alrededor de las 15.30 en la plaza, a pesar de los 10 grados de temperatura.

Antes de Los Gatos, se presentaron Franco Luciani, Fabián Gallardo, Coki & The Killer Burritos, Pablo El Enterrador y varios de los componentes de la Trova Rosarina, como Adrián Abonizio, Jorge Fandermole y Rubén Goldin.

El plato fuerte lo constituyó la aparición de Los Gatos, pasadas las 19, cuando la temperatura había descendido a 8 grados, y empezaron a tocar recordados temas clásicos como “Ayer nomás”, “Lagunas de María” y “La balsa”.

Para esta canción, subió al escenario Fito Páez, hijo pródigo de la ciudad de la Bandera.

Los Gatos, con Fito como invitado, grabaron recientemente una nueva versión de “La Balsa”, la recordada canción que compusieron Nebbia y el fallecido Tanguito, que se incluirá en una colección de grabaciones originales titulada “Los Gatos. Los Número Uno”.

La reunión fue organizada por la Secretaría de Cultura de la provincia, cuyo titular, Jorge Llonch, señaló que la “elección de Fito Páez fue una decisión del conjunto, porque siempre los acompañó y se estableció una relación musical y de amistad de muchos años, que perdura”.

“Los Gatos, hay que reconocerlo, inventaron el rock en castellano, que nació en Rosario y disparó una idea musical a toda una generación, uniéndonos en un mismo idioma”, recordó Llonch. FHA JMN JMCCientos de rosarinos asistían esta tarde en la céntrica plaza San Martín a un festival de música en el que se registrará el regreso después de 40 años del mítico grupo Los Gatos.

Pese a las baja temperatura -unos 10 grados-, el público seguía con atención las actuaciones de Franco Luciani, seguidos de Coqui and The Killers Burritos, Fabián Gallardo y Adrián Abonicio, entre otros artistas que preceden al grupo liderado por Lito Nebbia.

Critica: Bon Jovi - Lost Highway


Bon Jovi
[Lost Highway]




2007. Universal

Mucho se especuló y rumoreó que con este nuevo disco, Bon Jovi se pasaría del rock a la música country. Gran parte de esa controversia se debió a que con la canción ‘Who says you can’t go home’ de su disco anterior “Have a Nice Day” (’05), el grupo llegó al Nº1 del ranking de la música country en Estados Unidos. Fue un gran éxito que echó a rodar esta bola de nieve donde muchos daban por consumado el cambio de estilo.

Ante ese panorama y contexto, eran muy pocas, por no decir nulas, las expectativas que tenía por este nuevo disco del cuarteto de New Jersey (siempre acompañado por el bajista de sesión Hugh McDonald, que al fin y al cabo, fue el que grabó el bajo desde un principio en todos los discos de la banda). Pero para mi sorpresa y seguramente para la de muchos, “Lost Highway” es un disco derechamente rockero. Es cierto que tiene algunas canciones donde se coquetea con el pop adulto a lo U2, pero la mayor parte del álbum tiene una vibración muy rockera a la que yo le agregaría el epiteto “vaquero”; claro porque este álbum recuerda mucho a aquel “Blaze of Glory – Young Guns II” que Jon Bon Jovi grabó en plan solista en 1990, cuando se despachó el soundtrack entero para la película de vaqueros “Jóvenes Pistoleros 2” acompañados por músicos ilustres como Jeff Beck en las guitarras y nuestro reciente visitante, Kenny Aronoff en la bateria.

Todo comienza con ‘Lost highway’ (la canción), un mid tempo súper melódico, que deja claro de entrada que este es un “road álbum” es decir, un disco ideal para escucharlo en la carretera, durante un largo viaje a algún lugar desconocido, muy lejos de la ciudad; todo sigue de gran forma con ‘Summertime’, un claro single a futuro y que recuerda la onda y el groove que tenía el disco “Crush” (’00), el último gran trabajo de la banda. ‘(You want to) make a memory’ es la primera balada del disco y demuestra que Jon no ha perdido un ápice de su voz y que al menos en estudio, está cantando de gran forma, muy emotivo aquí. ‘Whole lot of leavin', es una de las más “vaqueras” del disco, comienza con una intro con guitarras acústicas y luego Richie Sambora se luce con su slide, recuerda canciones del pasado como ‘Blood on blood’ o ‘Living in sin’ del “New Jersey” (’88). Sin duda es una de las grandes canciones del disco. Luego llega la excelente y contagiosa ‘We got it going on’, sin duda la más rockera y contundente del disco, con un, nuevamente, gran trabajo de Sambora en las guitarras, esta vez utilizando el famoso efecto “talk box”, que tanto éxito le dio a la banda en los 80’s, proporcionándole además un sello distintivo al grupo, que supo hacer del uso de este efecto, una marca registrada al igual como lo hizo Scorpions con canciones geniales como ‘The Zoo’.

‘Any other day’ es una de las varias baladas que incluye el disco, y se deja disfrutar, ya que paulatinamente va subiendo en intensidad y emoción para terminar redondeando una muy buena canción; ‘Seat next to you’ es más intimista y romántica que la anterior, y lo cierto en que Bon Jovi siempre ha hecho grandes baladas en el pasado, y esta puede ser una de las buenas en el presente.

Lamentablemente, desde la medianía del disco en adelante, todo se pone muy edulcorado y excesivamente melódico, cayendo en lo meloso por momentos, pero aún así, en la recta final del disco sorprende un tema como ‘I love this town’ con excelentes guitarras acústicas y ese aire vaquero de sumo gusto, donde la banda (o quizás Jon y Richie por separado o en conjunto), demuestran todo su amor por grandes íconos del rock americano como Tom Petty y Bruce Springsteen.

En definitiva “Lost Highway” no es un mal disco para nada, tampoco lo mejor que ha hecho la banda, pero que mantiene la vigencia y actualidad de una banda que ya superó el test del tiempo y se convirtió en un clásico inmortal. Debido a algunos problemas de alcoholismo de Richie Sambora, que se encuentra en rahabilitación (y a algunas fricciones con Jon como se comenta bajo cuerda), la gira de presentación oficial de este disco sólo comenzará en febrero de 2008, realizando la banda sólo algunas apariciones especiales en shows televisivos. Atención además porque hace rato que se dio a conocer el rumor que entre los artistas que se barajan para el Festival de Viña del Mar 2008, aparece el nombre de Bon Jovi. No estaría nada de mal que comenzaran su gira mundial en Chile, ¿no es cierto?

Noticia - Ivan Noble


"Me gusta la canción más bien chiquita"

Iván Noble manifestó su preocupación ante la inmediatez y la rusticidad del nuevo rock argentino. La entrevista de U. G. Mauro, para La Capital de Rosario.

Publi"Sospecho que eso de trabajar metódicamente debe ser algo muy útil para adquirir oficio y seguramente permite escribir una canción por día, pero de lo que estoy seguro es que de las treinta canciones que escribiría en un mes, solamente me gustarían tres", indicó LaCapital el compositor y cantante Iván Noble, quien esta noche presenta en formato acústico los temas de sus dos primeros discos solistas, "Preguntas equivocadas" y "Nadie sabe dónde" en un show en el que actúa junto al pianista Sufian Cantilo.

El ex líder de Los Caballeros de la Quema llega con "un show acústico que estoy haciendo por distintas ciudades, más intimista y que genera una cercanía distinta con el público e incluso con las canciones, que cada vez disfruto más", indicó el cantante.

-¿Qué relación se establece con una canción que originalmente se grabó con todo y de repente se la despoja de muchos instrumentos?

-Te pasa como cuando una mujer se saca todo el maquillaje y resulta ser igualmente bella...

-Y al quedar así ¿qué es lo que pasa a exponerse más; la letra o la música?

-En ese sentido, las letras se pueden valorar mejor, pero por ahí se descubre también la riqueza de las melodías y las armonías. La canción se presenta casi como cuando uno la hizo, en la cocina de casa, en pantuflas.

-Y en tu caso ¿existe algún ritual, algo que se repite a la hora de sentarse a escribir?

-Si lo hay, debe ser un ritual del período precámbrico (risas). Se trata de empezar a dar vueltas por toda la casa con la guitarrita, hasta que aparece algo. Lo demás es cualquier papel en blanco que anda dando vueltas y una birome. En realidad, no siempre se trata de escribir canciones sino un par de versos...incluso alguna palabra suelta. Ando siempre con una libretita encima y anoto palabras sueltas que después puedo llegar a usar en alguna canción, cosas que escucho de la gente. Si es de mañana, mate y si es de noche, vino.

-¿Y cuándo salen mejor?

-Vengo notando que hay que empezar con vino y terminar con mate. Escribirlas con vino y corregirlas con mate.

-¿No te interesa el método estricto del horario y la actitud de no levantarse del escritorio hasta que salga algo?

-Yo sospecho que eso de trabajar metódicamente debe ser algo muy útil para adquirir oficio y seguramente se puede escribir una canción por día, pero de lo que estoy seguro es que de las treinta canciones que escribiría en un mes, me gustarían tres. Me gustaría ser más amigo de la disciplina, pero para disciplinar la intuición.

-¿Cuándo y cómo se descarta una canción?

-Al segundo verso me doy cuenta si me gusta o si, sin darme cuenta, estoy dando vueltas en torno a una idea que ya plasmé en otra canción. Siempre trabajo con el cesto de los papeles a mano, pero la verdad es que nunca falta una frase que después sirve para otra canción. Con eso de anotar palabras o frases sueltas, la canción al principio parece un pequeño rompecabezas.

-Trascendió que estás preparando un nuevo disco ¿Cómo va a ser?

-Recién en estos días estoy terminando los demos de las canciones. Tengo 13 y espero tener un par más para después poder elegir unas 10 u 11 y te diría que la línea de las canciones es casi la misma que me está interesando ahora, canciones más bien chiquitas, con poca instrumentación. Cada vez confío más en la proximidad con la gente y en que las cosas deben conmover.

-¿La gente se conmueve con las cosas de siempre?

-Es un poco difícil hacer un paneo general, pero lo que me parece es que en una época en la que hay una sobreproducción de canciones industrializadas y con efectos calculados y esas cosas, ojalá la gente empiece a valorar algo más artesanal. Hoy prender la radio me da como un poco de impresión (risas), con lo cual además parezco uno de esos viejos tangueros onda "rock, lo que se dice rock, era el de antes", pero se trata de eso. Cuando escucho el nuevo rock me da la impresión de que estos chicos no conocen a Spinetta, a Fito. Me preocupa esa inmediatez rústica.

-¿Creés que es importante mirar hacia atrás?

-Creo que sí, que deberíamos valorar un poco más a los pioneros, a los próceres. Si bien es bastante natural que cuando uno tiene 20 años y comienza en esto de la música, cometa parricidio como un tipo que cree que viene con muy buenas noticias a conmover el mundo artístico, cuando la verdad es que después uno con los años aprende que hay que caminar mucho, para hacerles sombra a los tipos que hicieron la historia de la música popular argentina.

-Circulan toda clase de frases hechas y hasta metáforas visuales en torno a la inspiración de los artistas, pero ¿cómo se manifiesta en tu caso? ¿aparece, desaparece, es una lamparita que se enciende?

-(Risas) Yo lo que espero es que haga lo que quiera, pero que no desaparezca, porque a veces ocurre que sale a dar unos paseos muy largos. Todos los que hacemos cualquier cosa artística sabemos que hay épocas fértiles y otras en las que no hay mucho para decir. Por ejemplo, creo que en lo personal esta es una época buena, pero estoy haciendo muchas canciones, tuve un hijo y hay muchas cosas que me movilizan y en este momento me hacen bastante fácil el tener ganas de hacer canciones.
cado en Diario La Capital (Rosario)

Recomendado del mes


Iván Noble
"Intemperie"
Iván Noble, 2007.

¿Y qué mas da?
Olivia
Bienbenito
Fe de erratas
Bendito infierno
A los leones
Causas perdidas
Decíme que anoche nunca existió
Malasangre
Lágrimas de cabernet
Vuelve peluca
No retiro lo dicho
Cancion del jardinero

Los 100 del Rock Argentino


Las 100 de los 40



Si hoy llegara alguien de un lugar lejano y extraño, hispanoparlante o no, y quisiéramos regalarle lo más bacan del rock argentino, ¿en qué temas pensaríamos?

Animado por esta idea, y también para que un listado de tipo selección sirva de guía para los recién llegados, elegimos los 100 temas más importantes de las cuatro décadas de rock argentino.

Sin importar de qué época son, ni de qué estilo, ni de qué autoría.

Hayan sido (o sean) grandes éxitos, o no.

Aquí van los 100.

Ustedes dirán si coinciden o no...


1 Charly García Cerca de la revolucion

# Artista Canción
2 Almendra Muchacha ojos de papel
3 Los Redonditos de Ricota Mariposa Pontiac (Rock del país)
4 Soda Stereo De música ligera
5 Los Gatos La balsa
6 Divididos El 38
7 Los Piojos Pistolas
8 Fito Páez Yo vengo a ofrecer mi corazón
9 Seru Giran Eiti Leda
10 León Gieco Sólo le pido a Dios
11 La Renga El revelde
12 Pappo's Blues El hombre suburbano
13 Los Abuelos de la Nada Himno de mi corazón
14 Bersuit Vergarabat Sr. Cobranza
15 Vox Dei Libros sapienciales
16 Pescado Rabioso Cantata de puentes amarillos
17 Sumo Mañana en el Abasto
18 Manal Avellaneda Blues
19 Attaque 77 Hacelo por mí
20 Miguel Mateos Huevos
21 Cantilo y Punch La gente del futuro
22 Sui Generis Rasguña las piedras
23 Los violadores Represión
24 Andrés Calamaro Los aviones
25 Moris El oso
26 Ratones Paranoicos Rock del gato
27 Los Caballeros de la Quema Patri
28 Catupecu Machu Magia veneno
29 Arco Iris Mañanas campestres
30 Las Pelotas Será
31 Sandro y Los de Fuego Hay mucha agitación
32 Seru Giran Canción de Alicia en el País
33 León Gieco Hombres de hierro
34 Tanguito Amor de primavera
35 Virus Imágenes paganas
36 Sumo La rubia tarada
37 Los Piojos El farolito
38 Los Visitantes Playas oscuras
39 Babasónicos Irresponsables
40 Los Fabulosos Cadillacs Matador
41 Pastoral En el hospicio
42 Riff Macadam 3, 2, 1, 0...
43 Juan Carlos Baglietto De regreso Mirta
44 Los Twist Pensé que se trataba de cieguitos
45 Charly García Inconsciente colectivo
46 La Portuaria Selva
47 Divididos El arriero
48 Los Redonditos de Ricota Todo preso es político
49 La Pesada Salgan al sol
50 PorSuiGieco La colina de la vida
51 Fabiana Cantilo Mi enfermedad
52 Almendra Rutas argentinas
53 Los Gatos Rock de la mujer perdida
54 Manal Jugo de tomate frío
55 Vox Dei Presente
56 Sui Generis Canción para mi muerte
57 Rata Blanca Mujer amante
58 León Gieco El fantasma de Canterville
59 Pedro y Pablo La marcha de la bronca
60 Pappo's Blues Mi vieja
61 Pescado Rabioso El monstruo de la laguna
62 La Máquina de Hacer Pájaros No te dejes desanimar
63 Polifemo Suéltate rock'n'roll
64 Litto Nebbia Sólo se trata de vivir
65 Nito Mestre y los Desconocidos de Siempre Fabricante de mentiras
66 Invisible El anillo del Capitán Beto
67 Crucis Los delirios del Mariscal
68 Luis A.Spinetta Canción para los días de la vida
69 Seru Giran No llores por mí, Argentina
70 Spinetta Jade Resumen porteño
71 Raúl Porchetto Metegol
72 Virus Wadu wadu
73 Soda Stereo Vitaminas
74 Soda Stereo Nada personal
75 Los Redonditos de Ricota Ñamfrifruli fali fru
76 Alejandro Lerner Todo a pulmón
77 Los Abuelos de la Nada Mil horas
78 Celeste Carballo Es la vida que me alcanza
79 Miguel Abuelo Buen día, día
80 Charly García Nos siguen pegando abajo
81 La Torre Sólo quiero rock'n'roll
82 V8 Brigadas metálicas
83 GIT Es por amor
84 Andrés Calamaro Flaca
85 Los Enanitos Verdes La muralla verde
86 Fito Páez El amor después del amor
87 Fito Páez La casa desaparecida
88 Don Cornelio y La Zona Ella vendrá
89 La Mississippi Café Madrid
90 Memphis la Blusera Moscato, pizza y fainá
91 Los Pericos Párate y mira
92 La Renga Balada del Diablo y la Muerte
93 Gustavo Cerati Verbo carne
94 Illia Kuryaky and the Valderramas Abarajame en la bañera
95 Bersuit Vergarabat Vuelos
96 Kapanga Postal
97 Attaque 77 Angeles caídos
98 Divididos Ala delta
99 Todos tus muertos Gente que no
100 Los Auténticos Decadentes Loco (tu forma de ser)

Y rasguña las piedras hasta el fin


Impensado y sorpresivo como los verdaderos grandes fenómenos producidos por la música popular -como la Beatlemanía mundial en el 64, el Woodstock norteamericano en el 69 o la explosión local de Seru Giran a comienzos de los 80-, el concierto de despedida de Sui Generis en el Luna Park excedió la medida de un simple recital de una banda de rock. Además de un emocionante espectáculo para quienes asistieron al estadio, para el gran público que se enteró después fue una contundente e inesperada certificación de existencia de una nueva música de la Argentina y de alguna manera también dio aviso de que aquí podía triunfar la excentricidad, lo informal, lo que no era como debía ser. A partir de ese momento se instaló, en el inconciente colectivo de la Argentina, la idea de que era posible que un artista capaz de movilizar multitudes se animara a conducir su gran noche luciendo smoking blanco y... zapatillas.

El dúo casi adolescente que Charly García y Nito Mestre habían puesto a rodar sólo tres años antes y que estaba protagonizando un ascenso de popularidad inédito para cualquier número de rock local, se autosintegró en su mejor momento. Fue setiembre de 1975, fue hace hoy 30 años.

Del iniciático y candoroso "Vida" de espíritu acústico que inauguró un nuevo estilo de canción, había pasado, en una clara exposición de afianzamiento, al más maduro "Confesiones de invierno". Y de allí, ya como una formación grupal ligada a la vertiente eléctrica, dio un salto al vacío, sin red, con "Pequeñas anécdotas sobre las instituciones". ¿Podría haber seguido existiendo Sui Generis después de ese tercer disco arriesgado, que sufrió violentísimos ataques de la censura reinante por entonces? Seguramente sí. Pero como ya lo habían hecho Los Beatles desde su reinado mundial, en la primavera boreal de 1970, García y Mestre -fundamentalmente el primero según siempre estuvo claro- decidieron cambiar para crecer. Eligieron vivir más, antes que empezar a sobrevivir. Y acertaron.

"Bueno, yo me despido ahora. Chau, chau, chau, loco, chau", dijo Charly al final del show, dominado por la emoción. En ese instante era absolutamente inconciente de que esas palabras casuales quedarían grabadas para siempre en la memoria de una generación, gracias a un disco y a una película, como un grito de libertad. Y de que eso, exactamente, fue Sui Generis.

La verdadera historia del Adiós

En el otoño de 1975, Charly García decidió cortar por lo sano antes de que la enfermedad que se insinuaba grave terminara matando a su primer hijo, Sui Generis, y decidió acabar con la carrera del grupo apenas cuatro meses después de que fuera editado su tercer álbum, "Pequeñas anécdotas sobre las instituciones", sobreviviente a duras penas de una feroz lucha contra la censura que no había sido precisamente ganada.

Además de las presiones externas, García sentía que necesitaba liberarse de toda atadura para poder seguir creciendo. Y Sui Generis, exitoso y por lo tanto liberado de desafíos, ya le resultaba un obstáculo para su carrera más que un sinónimo de éxito y felicidad. "Sui Generis me ahogaba", declaró García después. "Soy una persona que cuando tiene algo muy seguro, ya no le gusta más. Estaba aburrido de que apenas comenzaba el recital y tocaba el Sol Mayor con que empieza "Canción para mi muerte", el estadio se viniese abajo. Quería terminar con la imagen del chico cándido que tenía con Sui Generis, quería dar un paso más (...) Llegó un momento en que Sui Generis no ensayaba más, estábamos podridos de tocar siempre lo mismo. ¡Y encima gustábamos a las madres!".

"Todos estábamos medio aburridos, y un día vino Charly a proponernos que nos separemos", contó Nito Mestre años más tarde. "Al principio yo le dije que no, que no nos podíamos separar. Entonces decidimos esperar tres meses más, a ver qué pasaba. Aparte, había la expectativa de salir de acá a tocar, de ver si se editaban los discos afuera. Pero nunca pasaba nada, porque la grabadora no se preocupaba. Es un absurdo, porque todavía hoy viene gente y me dice que los discos de Sui Generis gustan muchísimo en Colombia, en Venezuela, y durante mucho tiempo ahí no se habían editado. Entonces es obvio que la cosa estuvo muy mal manejada. Bueno, pasaron los tres meses y realmente no había cambiado nada. Yo por ese entonces vivía en la casa de Rinaldo (Rafanelli, bajista del grupo) y mi cabeza estaba bastante desorganizada. Entonces dijimos de hacer cuatro series de recitales en julio, los domingos a la mañana, como para hacer algo distinto que los shows, que ya nos tenían aburridos. Hicimos el primer recital en el Astral pero fue un bochorno, salió todo mal. Al otro día decidimos separarnos. Esa fue la gota que rebalsó el vaso".

"Charly me planteó un día la necesidad de disolver el grupo, y me pidió que lo mantuviera en secreto mientras él maduraba la decisión", cuenta Jorge Alvarez, quien por entonces era el editor discográfico de la banda que lideraban García y Mestre. "En aquel momento quise hacerle ver que era un error, pero cuando su decisión fue definitiva, consideré oportuno sugerirle que un grupo de una raigambre como Sui Generis no podía desaparecer de la noche a la mañana sin una explicación, sin una despedida. Así nació la idea del recital final en el Luna Park".

Antes del Luna, el Gran Rex

Hay quienes creen que Sui Generis saltó de los teatritos de 200 butacas al Luna Park sin pasos intermedios. No fue así.

Para la presentación oficial de "Pequeñas anécdotas sobre las instituciones", llenó el Teatro Coliseo. Y poco después, en abril, dobló la apuesta y ganó, con una presentación también con localidades agotadas en el Teatro Gran Rex (3.300 personas) pese al horario... de trasnoche. "Cualquier cálculo o expectativa previa quedó ampliamente superada ante la inmensa masa humana que se acercó al Gran Rex", apuntó la revista Pelo en un comentario titulado "Sui Generis: Ceremonias" que publicó en su edición Nº 60. Esa crónica permite conocer detalles de cómo eran los conciertos de Sui Generis en su punto de mayor popularidad. "Con un clima muy disperso en la platea -una serie de incidentes había retrasado una hora y media la iniciación del concierto-, Sui Generis arrancó con un Instituciones bastante frío. De ahí en más, la música hizo olvidar cualquier inconveniente anterior. La programación preparada por la banda revisaba parte del material de sus tres álbumes, y algunos temas nuevos. Día a día Sui Generis se va afianzando cada vez más en el concepto de grupo. Todos cantan, y ahora con David -ya integrado como guitarrista- y Rinaldo, hay cuatro buenas voces. Esta posibilidad se vio muy bien explotada en diversos pasajes tanto acústicos como eléctricos. El ensamble resulta perfecto, las improvisaciones responden a estructuras prefijadas, sin perder frescura. Uno de los aspectos más llamativos fue la renovación que ha tenido todo el material de "Vida" y "Confesiones de invierno". Canciones que no esperábamos volver a escuchar, volvieron a ser recreadas de una forma novedosa".

"Dos de ellas resultaron particularmente bellas: "Natalio Ruiz" -con un eficiente arreglo de melotrón- y "Rasguña las piedras". Otro de los aspectos destacados fue la fuerza exhibida por el grupo. Rinaldo Rafanelli es un verdadero muro sobre el que se apoya toda esa potencia. Por su parte, Lebon no sólo está totalmente integrado, sino que demostró buen gusto e intuición en el manejo de la guitarra. Uno de los momentos culminantes del concierto fue la improvisación en "Pequeñas delicias de la vida conyugal", con un contundente riff de Rinaldo. Entre las canciones acústicas tocaron "Botas locas", un viejo tema que no pudo ser editado, muy bien interpretado, con un folk rock entrador, cantado a cuatro voces y guitarras en la mejor onda acústica".

"Todo muy bien respaldado por un buen sonido, iluminación acorde, y la clásica alegría escénica que transmite Sui Generis", concluyó Pelo. "La energía volcada por Sui Generis a través de más de dos horas y media de tocar ininterrumpidamente, transmitió a los espectadores un clima que más de una vez los sacudió".

También la revista Mordisco (embrión del Expreso Imaginario que aparecería poco después) comentó aquel concierto del Gran Rex, poniendo énfasis en cuestiones extramusicales como el "alto precio de la entrada" y las fallas de "una de las peores organizaciones vistas en los últimos tiempos. Este comentario, firmado por Néstor Letzen, permite conocer otros aspectos que eran habituales de los recitales de aquellos tiempos, y ciertos tics que tenía el público. "Así pues, luego de largo rato de empujar y empujar, llegamos a una de las dos puertas habilitadas, donde fuimos recibidos por firmes manos de una especie de porteros, que nos introdujeron aceleradamente al interior del hall, mientras nos indagaban casi en calidad de detenidos por nuestra entrada. (Los que no la tenían por haberla perdido en el tumulto o simplemente intentaban entrar sin pagar, eran trasladados a una segunda sección llamémosla "de empaque", en la otra punta del hall, donde ya podemos imaginar su final). Una vez en la sala, los ánimos de los que tuvieron que pasar por esa serie de pruebas estaban bastante caldeaditos y durante el tiempo de espera se fueron descargando entre chiflidos, guerras de avioncitos y estribillos como "Vea, vea, vea, qué cosa más bonita, nosotros esperando y ellos se llevan la guita", mientras tanto, por las columnas escapaba la música de "Tubular bells" de Mike Olfield. Ya eran las dos de la mañana. Por fin a las dos y cuarto se abrió el telón".

En el final de la nota, el cronista de Mordisco apuntó que "el saldo positivo fue dado por la gran cantidad de público que se movilizó para escuchar la música de Sui Generis, que si bien respondió a las expectativas de todos, con el nivel ya conocido del grupo, tal vez sería bueno que a esta altura de su carrera encarara con mayor rigor su obra, dejando de lado ciertas facilidades que a veces se deslizan en partes de sus letras y su música. Lo negativo, ya lo mencionamos al principio. Es hora de entender que la responsabilidad de que las salas se abran a los recitales de rock no es sólo del público, sino de todos los que cobran por esa función".

El anuncio del final

A mediados de 1975, la Argentina estaba demasiado convulsionada por hechos políticos y sociales como para conmoverse por la noticia de que un grupo de rock local, aunque fuese por lejos el más popular, había decidido desintegrarse. Pero en el ambiente juvenil ligado a esa música -que cada vez era más numeroso-, la noticia cayó como una bomba.

En una nota que publicó en su Nº 63, referida a la explosiva disolución del proyecto Sui Generis, la revista Pelo le preguntó a García cuáles habían sido los motivos de su decisión. Contestó Charly: "El motivo es simple. Creo que Sui Generis se tenía que terminar en algún momento. Y pienso que éste es el mejor momento para hacerlo. Es el cansancio de hacer siempre lo mismo, y tomar conciencia de que esto dio hasta donde podía dar".

-Vos hacés referencia a una monotonía creativa. Sin embargo, en el último año el grupo cambió totalmente de dirección musical, y además recibió el aporte de dos nuevos músicos.

-Correcto. Precisamente el ingreso de Rinaldo (Rafanelli) y Juan (Rodríguez) contribuyó a acelerar el proceso. Es decir que lo que quizá podíamos continuar dando como dúo, fue rápidamente explotado como cuarteto. Si no hubiera sido de esta forma, quizás hubiéramos continuado más tiempo, o terminado antes. En mi criterio personal, me inclino por esto último. Además, la incorporación de los nuevos instrumentos sólo significó una dirección.

Intervino Rafanelli: "Creo que conviene aclarar que esto es producto de la actitud personal de cada uno. Es una reacción íntima, totalmente independiente del trato humano en la banda. Es decir que no estamos ni enfrentados ni nos llevamos mal. El germen de todo esto, el que precipitó la eclosión fue Charly, que es uno de los fundadores de Sui Generis, y que hace muchos años viene componiendo y tocando en función de lo que es Sui Generis. Es así que siempre hacer "El hada (Un hada, un cisne)" o "Rasguña las piedras" pudo transformarse en una carga. Cierta tranquilidad económica, el éxito, el reconocimiento público, y todos los intereses inherentes a una banda que trabaja bien, no te ayuda a sobrellevar lo otro: la historia. Y en un momento determinado uno duda de lo que está haciendo. En cierta medida es reaccionario agarrarse de algo que ya está establecido. Y yo estoy de acuerdo con Charly, pero a él le correspondía la iniciativa".

En el reportaje, se lo consultó a García en qué medida incidían en su decisión las numerosas alternativas que había sufrido el álbum "Pequeñas anécdotas sobre las instituciones". La respuesta fue clara: "Nos tiró muy abajo saber que el disco se vendió mucho menos que los dos anteriores. Y es sin duda el mejor de los tres que grabamos. Y el que empezamos a grabar es todavía mucho mejor..., pero no se quién lo va a comprar". García se refería a "Ha sido" -con acento en la "a", o sea, "ácido"-, un álbum que a principios de 1975 proyectaba grabar Sui Generis.

-¿Entonces ha existido un proceso de desfasaje en la evolución del oyente de Sui Generis?, siguió aquel reportaje, del que participaron tres de los cuatro integrantes del grupo: García, Mestre y Rafanelli.

-Charly: Creo que es la racción del público frente a cierta parte de la obra. Claramente Instituciones se vendió menos que los dos anteriores. Eso significa que a la gente le gustó más los dos anteriores.

-En su momento, Vida y Confesiones de invierno tampoco registraron el nivel de ventas que tienen actualmente. Por lo tanto, sería factible que la banda haya evolucionado más rápidamente de lo que el público estaba preparado para recibir.

-Nito: Creo que sí. Y seguramente cuando salga el cuarto álbum, Instituciones se va a vender mucho más. Significa que estamos yendo más allá de lo que el público esperaba.

-¿Y esto en qué medida influye en ustedes?

-Rinaldo: Es una dualidad sumamente molesta. Si no te acoplás a la gente, te estás limitando; y si no lo hacés, te aburrís. Imaginate lo que significa para un músico hacer un esfuerzo creativo, en el cual uno vuelca todas sus inquietudes, y que la gente siempre insista con las mismas cosas.

-La popularidad y el hecho de tener que presentarse asiduamente tocando el mismo material, contribuye en el desgaste de un grupo?

-Charly: Evidentemente. El tocar siempre lo mismo, convierte al grupo en una especie de máquina. Pero es un problema del país, del medio. Si no hacés diez shows por semana, no tenés ni para comprarte una púa. Y ojo, porque la gente se cree que estamos llenos de plata. Simplemente vivimos al día, no podemos darnos el lujo de parar de tocar ni siquiera diez días. Sui Generis antes comía fideos todos los días, ahora podemos comer carne y otras cosas, pero ninguno de nosotros tiene un par de millones en el banco, ni nada semejante.

-¿Cómo será el final?

-Charly: De aquí a setiembre, fecha prevista para la separación, vamos a grabar un cuarto álbum, haremos giras de despedida y un recital en el Luna Park.

-¿Qué significa esta etapa final?

-Charly: Simplemente sabemos que en setiembre Sui Generis desaparecerá. Por eso este último álbum será el mejor.

Las horas previas

Sobre el fin de la penúltima semana de agosto, las entradas para el anunciado concierto de despedida de Sui Generis en el Luna Park se agotaron. "Ahí Alvarez me llamó para decirme que habíamos vendido todas las entradas, y me preguntó si queríamos hacer otro", contó Charly García a Daniel Chirom, en declaraciones para el libro Charly García. "Yo le dije que sí, con la condición de que nos asegurara de que íbamos a llenar otra vez. Alvarez me contestó que sólo íbamos a llenar la mitad, pero al otro día llamó para decirme que al ritmo que íbamos, íbamos a agotar seguro las localidades para el segundo". En el mencionado libro, García admitió no haber creído que el poder de convocatoria de Sui Generis era, por entonces, tan grande. "Creía que llenábamos un Luna, pero nunca pensé en dos. En realidad, yo no tenía mucha noción de la gente que arrastraba Sui Generis porque el grupo estaba super mal manejado. En vez de hacernos tocar cinco veces al año en grandes estadios con buen sonido, nos hacían tocar en bailes en los que yo veía venir gente por todos lados pero pensaba que sólo iban a bailar, no a ver a Sui Generis. En mi fantasía, Sui Generis era seguido por un grupo de intelectuales que entendía sólo de música y lo demás era el baile, gente que le daba lo mismo que estuviera Sui Generis o La Joven Guardia".

"Lo que me acuerdo es que Jorge (Alvarez) era muy amigo de Tito Lectoure, y así fue como le dijo que quería tomar una fecha para hacer el último recital de Sui Generis; ahí empezamos a laburar en la producción", dice el productor José Luis Conejo García, por entonces asistente técnico de Sui Generis. "A medida que se acercaba el día, empezaron a agotarse las entradas, y Jorge dudó, y le preguntó a Lectoure qué hacer. Le dijo: "Me parece que vamos a agotar, ¿hacemos otra función?". Lectoure le dijo que no, que en todo caso le daba más populares. Cabían hasta seis mil personas en cada tribuna popular. Pero enseguida se vendieron también esas populares. Así se llegó a las 14 mil entradas vendidas. Entonces se puso otra función a la venta, de la cual se vendieron al final 12 mil y pico de entradas. Entonces, cuando todo estuvo listo, la pregunta era cómo hacer salir a los 14 mil de la primera función para que entraran los otros. Todos estábamos medio paranoicos, porque el antecedente que había del rock en el Luna Park, el despelota de la Pesada, era nefasto. Por eso, al principio Lectoure no quería saber nada, y Jorge lo estuvo convenciendo durante bastante tiempo para que el rock tuviera otra oportunidad en ese estadio". (En un concierto celebrado el viernes 20 de octubre de 1972, se produjo una revuelta en las tribunas del Luna Park mientras actuaba La Pesada del Rock'n'Roll. Al advertir que parte del público estaba siendo víctima de la represión llevada adelante por los efectivos de seguridad del lugar, se cuenta que el cantante de la banda, Billy Bond, gritó desde el escenario: "¡Rompan todo!"...; lo cierto es que la sugerencia que fue tomada en cuenta). "El temor era tremendo, tal es así que Lectoure temrinó cobrando el doble de lo que habían pactado al principio. Cuando se largó la venta de la segunda función, Jorge le decía que había alquilado el estadio por un día completo, así que si quería podía hacer terminar haciendo 14 funciones. Pero Tito le decía que no, porque él era el que corría el riesgo de que le rompieran el Luna de nuevo. Al final, ese día la gente fue tan protagonista como el artista".

En medio del show, García llegaría a decir desde el escenario a los asistentes: "Les quiero pedir una cosa. Simplemente, si quieren bailar, y hacer lo que quieren hacer, háganlo. Pero por favor, no rompan nada, y traten de cuidar todo. No se paren en las sillas y esas cosas".

El gran día

Para aquella gran velada, Charly García vistió un smoking blanco con una orquídea en el ojal, una galera y zapatillas también blancas. Nito Mestre eligió algo más despreocupado: una camisola de bambula naranja y jeans gastados. Juan Rodríguez se puso una vieja remera roja y Rinaldo Rafanelli lució una remera blanca y un chaleco.

El orden de las canciones que después tuvieron los discos y la película no es el que Sui Generis presentó en el estadio. En rigor, ninguno de los protagonistas y los allegados a la banda recuerda cuál fue la sucesión de los temas aquel día.

El pasaje no-musical más famoso del Adiós se vivió poco antes de la última canción del primer show. Fue cuando, tal como se había convenido entre los músicos y los organizadores, García se dirigió a la multitud y dijo: "Ustedes saben..., ustedes saben que hay muchos chicos afuera que están hace mucho tiempo esperando entrar. O sea que, les pido... les pido por favor que... O sea, nosotros vamos a tocar un tema más (ovación). Pero después de eso... después de eso les pido que... que ¡se vayan! (sonrisa nerviosa). O sea, los amamos muchísimo a todos, pero ustedes saben lo que pasa. Bueno, yo me despido ahora: chau, chau, chau, loco, chau..."

El adiós fue, así, un gesto de libertad.

Los comentarios

"Entre la histeria y el fanatismo se despidió Sui Generis", anunció el diario La Opinión. El comentario, escrito por Roberto García y titulado "Un grupo de rock convoca en el Luna Park a treinta mil jóvenes", se convirtió con el paso del tiempo en la cita más común para recordar el Adiós Sui Generis. Su versión completa, pocas veces transcripta, decía:

"La despedida excedió el marco musical. Y es obvio: ¿qué figura en Buenos Aires puede convocar a 30 mil personas? (y que además paguen seis mil pesos viejos por cada localidad). Fue lo que ocurrió en el Luna Park la noche del viernes, al ofrecer el conjunto de rock Sui Generis un recital en dos funciones para despedirse de su público".

"El primer acto empezó a las 20 y 30. Las entradas estaban agotadas desde quince días antes, pero hubo gente que se instaló en los alrededores desde las siete de la mañana. Conel filo de la tarde creció la multitud (había colas por Leandro N. Alem y por Madero). Los rutinarios de la zona, ignorantes del festival, nada entendían; mucho menos los noctámbulos tangueros que, a las tres de la mañana del sábado, vieron desfilar a ese río de muchachos por una fría avenida Corrientes cada vez más triste y decadente".

"¿Quiénes son?", preguntó un porteño veterano. "¿Gardel?", se contestó bromeando. En rigor, se quejaba por no encontrar una silla en el Suárez, una de esas dos islas que todavía mantienen la luz prendida toda la noche en la calle de sus amores. "Ni con Locche", se sorprendió uno de los kiosqueros del Luna Park. "Ni con Monzón", precisó un cliente que le compraba cigarrillos. Y era cierto. En esas peleas hubo entre 20 mil y 25 mil espectadores".

"La fiesta estaba en la gente. En la ropa: allí se mezclaba la extravagancia y el pelo largo con el atildamiento y la pulcritud de aquellos que recién habían dejado la oficina. Los vendedores de café y gaseosas -también había de whisky- liquidaron sus stocks; otros mercaderes empezaron ofreciendo posters de Sui Generis a tres mil pesos viejos y los agotaron en cinco mil".

"Había clima de histeria en los controles. No menos nerviosa estaba la guarda de corps del conjunto (y uno se acordaba de un festival de los Rolling Stones que terminó con un crimen y varios heridos). Los asistentes de la primera función no quisieron abandonar el estadio; casi se llegó al desalojo. Hasta la policía parecía algo intranquila. Es que hubo mucha gente, también silbidos. Todo se filmó con cuatro cámaras dirigidas por Bebe Kamín y supervisadas por Leopoldo Torre Nilsson. La recaudación tuvo su interés: 180 millones de pesos viejos, de los que dispondrá el productor del conjunto, Jorge Alvarez, aquel audaz editor de antaño".

"El filósofo austríaco Lidwing Wittgenstein escribió que "lo que puede ser mostrado, no puede ser dicho". Y aquí es donde falla cualquier explicación del fenómeno Sui Generis, a pesar de que finalmente se intente. Ellos dicen "buenas noches" y se produce el estruendo; luego se generan diálogos como los que sostienen Gaby, Fofó y Miliki con los chicos. Pero entre la ingenuidad y la escasa poesía de las letras, se alzan los decibeles, el frenesí musical y algunas historias cantadas".

"Por ejemplo, la de una normal familia norteamericana que mata a hachazos a sus hijos y parientes; o aquella que habla de la importancia de hacer ahora lo que papá y mamá bajo la frazada, sin hablar de aquella otra, la de un muchacho de 20 años que integra "un ejército loco de pelo corto en el que todo está tan confundido que se creeo que yo soy el otro".

"Sui Generis es un conjunto de cuatro miembros en el que dos predominan. Uno, Charlie García, compositor de todos los temas, toca simultáneamente dos órganos electrónicos, a veces la guitarra, el piano se lo reserva para el jazz. Se viste con frac y galera de lamé blanco, lleva una orquídea en el pecho y zapatillas de básquet. El otro, la melancólica voz que caracteriza a Sui Generis, se llama Nito Mestre, tiene apariencia andrógina, se especializa en la guitarra y la flauta. Se pueden haber parecido a Simon & Garfunkel, su música tal vez suene como la de otros grupos norteamericanos o ingleses, el piano a martillo quizá influya sobre todo lo que compone García, un virtuoso que hasta se viste como León Russell. Pero más parece importar lo que logran con la gente, ese público fiel que oscila entre los 14 y los 20 años, del que son genuinos representantes. "Porque eso es lo que no se puede negar -puntualizó un porteño escéptico-, sobre todo en este país, de tan extraña democracia, en el que seguramente ningún partido político hoy puede juntar diez mil en el Parque Lezica".

El diario Clarín también dedicó espacio al concierto. En uno de los párrafos del comentario, elogió sin pudor la performance de Charly García aquella noche: "Raramente se encuentra tan crepitante imaginación para tomar un cauce, abandonarlo, regresar parcialmente a él como en un movimiento de espiral, multiplicar las variantes rítmicas alterando los tiempos de apoyo, las síncopas y los saltos armónicos, y finalmente desembocar en un gran cauce melódico que no necesita del énfasis para ser una culminación sonora. Las pianadas de Charlie García fueron memorables".

La importancia de Sui Generis fue elogiada con énfasis por El Cronista Comercial. "Es un caso inusual dentro del confuso y alicaído espectro de la música moderna argentina. Componentes del movimiento rock, lograron superar la barrera elitista que caracteriza a muchos de sus intérpretes; propulsaron en sus presentaciones un clima de fiesta, de participación no planificada cuya única ciencia radica en la espontaneidad y evidenciaron en su trayectoria una evolución constante -tanto en el aspecto musical como vocal- que no los alejó de sus adeptos. Por el contrario, la adhesión creció, transformándolos en el grupo nacional más importante de la década. Y todo ello sin concesiones. (El del Luna Park) fue un recital de música, repleto de vida y triunfó la vitalidad sobre la nostalgia".

Dijo La Razón: "Cuando surgió el 'chau, chau, chau' de García, los atronadores aplausos y un coro formado por 'uoooh, oh, oooh', que gritaban con verdaderas ganas 15 mil gargantas, hicieron trepidar el Luna Park, mientras afuera otras 15 mil personas aguardaban más nerviosamente la hora de entrar".

No sólo los diarios se ocuparon del concierto. En su edición 529 del 11 de setiembre, la revista Gente publicó una doble página gráfica (seis fotos con sus correspondientes epígrafes) que tituló con su inefable estilo: "Qué mambo, loco... Qué mambo" (Reunieron más gente que Gardel).

Y hasta la revista Antena, habitualmente dedicada al espectáculo de farándula, dedicó espacio al Adiós. "30 mil personas en el recital de Sui Generis", anunció, y con el titular dejó abierto el interrogante "¿Y a este fenómeno social, quién lo explica?". "Treinta mil personas: el sueño de Mirtha Legrand, Luis Sandrini, Antonio Gasalla, Ginamaría Hidalgo, Les Luthiers y Susana Rinaldi juntos. Treinta mil personas en una noche: un fenómeno digno de analizarse. Apto para preguntarse: ¿Por qué?", señaló en un párrafo de la nota. El autor (anónimo, porque el texto se publicó sin firma) dio pistas de no haber entendido mucho, dado la respuesta que esboza más adelante: "El predicamento de Sui Generis dentro del rock nacional hay que comenzar a verlo a partir de la fácil complicidad con que los adolescentes se adhieren al rock como forma llamativa y protestona de enfrentar lo establecido; como lenguaje común para renegar de los adultos y de las tradiciones. Como método, pues, de eludir la difícil tarea de encontrar una ubicación con futuro dentro de un mundo convulsionado y muchas veces represivo. Difícilmente cualquiera de estas cosas tenga algo que ver directamente con el arte musical. Por lo tanto, que los adolescentes argentinos hayan escogido a Sui Generis como su favorito, hasta crear de la noche a la mañana un fenómeno social como el que se pudo presenciar el viernes 5 de setiembre, se explica por el hecho de que se trata de un conjunto folk-rockero de sonido efectista (sintetizador electrónico, clavicordio, órgano y piano ídem) cuyos temas, tan pretenciosos como volátiles en su contenido, aparecen ideales para aquellos jóvenes que quieren incorporarse al mundo, el lenguaje, las fantasías y las evasiones que promete la cultura pop. Es decir, para los que quieren ingresar a una corriente en la que están todos y que nadie cuestiona, razonablemente al menos".

Posiblemente ante comentarios como éste de Antena, la revista Pelo emprendió una encendida defensa del rock, que por primera vez estaba accediendo a los medios masivos, y con una evidente dosis de fanatismo editorializó en su primera edición posterior a los recitales en el Luna Park: "Sui Generis y 36 mil personas demostraron que el rock es lo más grande en la Argentina" (Detalle para tener en cuenta: la publicación rockera dijo que hubo ¡6 mil personas más! que las contadas por las otras crónicas...). "El recital de despedida de Sui Generis en el Luna Park fue la mayor fiesta que hayan tenido los amantes y defensores de la música con actitud progresiva en mucho tiempo", comenzó apuntando la nota. "Pero más allá de eso, el doble recital se convirtió en un hito de un valor fundamental para la música de rock. Que eso es lo cierto, no lo demuestran las alabanzas sino el tratamiento que le dio la prensa general a un acontecimiento que se resistieron a comprender. Algunos diarios trataron de denigrar el acontecimiento, enmarcando dentro de una supuesta manifestación hippie, aduciendo que "Buenos Aires da para todo". Es cierto: Buenos aires da para tener un formidable, auténtico movimiento de música popular moderna que, a pesar de no transar con los grandes pulpos, es capaz de convocar a 36 mil personas. Ese sentimiento de solidaridad, de unión, esa multitud que se reúne por placer nadie hoy en la Argentina es capaz de reunirla fuera del rock. Y eso es lo que molesta. Sui Generis es, desde ese día, el grupo musical más importante que haya tenido alguna vez la Argentina. Y eso está claro para nosotros. Aunque los demás no lo reconozcan, y hasta lo denigren".

"Ese recital fue, además, un ejemplo de organización y de respeto humano. Cuando en los partidos de fútbol roban, golpean, insultan y tratan como animales, cuando la violencia parece ser el alimento diario, un festival de música rock, donde se reúnen decenas de miles de personas, se convierte en una isla de entendimiento y cordialidad".

"Pero también tiene otros méritos singulares: haber sido técnicamente el espectáculo más completo en materia de sonido: se utilizaron cinco mil watts de amplificación. Fue, además, filmado por un equipo dirigido por Leopoldo Torre Nilsson y grabado en vivo para el sistema cuadrafónico. Nunca antes hubo un despliegue de esa importancia en un espectáculo. Sui Generis, en su despedida, lo merecía, y su público también. Los organizadores, dirigidos por el productor Jorge Alvarez, demostraron para siempre que el rock es masivo, poderoso y que es posible manifestarlo con gran nivel de espectáculo, con eficiencia técnica y, sobre todo, con la dignidad que otras manifestaciones no pueden conseguir pero quieren adjudicarse. Las 36 mil personas que se encontraron para despedir a Sui Generis demostraron claramente lo que significa el rock en la Argentina. Desde esa óptica, las cosas cambiarán".

En el interior del mismo número, la revista le dedicó una doble plágina (básicamente gráfica) a la reseña del concierto. Bajo el título El portentoso adiós, apuntó: "Después de mucho tiempo, el coliseo de cemento volvió a llenarse de rock, del canto y el baile de una multitud que, como pocas veces, celebró una fiesta de música y auténtica alegría. El portentoso adiós a Sui Generis quedará grabado por largo tiempo en los oídos y las retinas de todos los que asistieron al Luna Park. Por eso resulta difícil analizar lo que aconteció musicalmente porque ese espectáculo fue mucho más que eso".

"Y en semejante circunstancia, tampoco el conjunto permaneció ajeno a tanto festejo, sino que fue su principal promotor. Ateniéndose a pautas técnicas frías, este no fue el mejor recital de Sui Generis: hubo algunos desfasajes y cierta desaprensión en el manejo de las voces. Algo justificado en la medida que el grupo ganó en fuerza y espontaneidad".

"A lo largo de cinco horas, en dos funciones, el grupo recorrió una selección de temas de sus tres álbumes y del próximo a editarse, "Ha sido". Las canciones -tres de cada disco- fueron seleccionadas con hábil criterio. Aunque no son las mejores, sin duda son las más representativas de las diversas etapas de Sui Generis. Desde el aún tímido, en ese momento, dúo de "Vida", hasta el ensamblado cuarteto de "Instituciones". Los temas de "Ha sido" seguramente tendrán el mismo recibimiento masivo de los anteriores. El nuevo álbum tiene aún más desarrollo instrumental, dejando de lado la temática conceptual".

"La mayoría de lo escuchado, aún lo má viejo, sufrió el paso del tiempo y los cambios. Casi todas las canciones han sido llevadas hacia la nueva y última etapa de Sui Generis. Los ataques están orquestados con el sintetizador de cuerdas, y el bajo y la batería subrayan las palabras creando climas grotescos".

"El único tema que se ha mantenido intacto al tiempo es "Canción para mi muerte". Un verdadero regalo para el público después de que Sui Generis no la tocara durante un año y medio. Resultó impresionante escuchar cantar a todo el público hasta tapar virtualmente a los músicos. Sin lugar a dudas este es uno de los méritos más importantes del recital, hacer participar a un público que generalmente es frío y exageradamente crítico".

"El sonido general fue correcto, dentro de las posibilidades bastante difíciles del estadio. La iluminación fue excelente, acorde a la magnitud del evento, con un buen criterio para la selección de colores en los distintos pasajes musicales. Este fue uno de los elementos preponderantes del espectáculo, sin duda la primera vez que un grupo argentino fue iluminado de acuerdo al nivel del concierto".

"Después de esto, es evidente que a Sui Generis hay que analizarlo como un fenómeno pocas veces visto en la música popular argentina. El lleno total de ambas funciones superó todas las predicciones, aún la de los organizadores. Al margen de esto, y para sintetizar, Sui Generis realizó una buena actuación. Y sobre todo sus cuatro integrantes demostraron sus habilidades musicales, y gran histrionismo para manejar al público".

El final del fin, una historia poco y nada conocida

Después del Luna Park, Sui Generis salió de gira por el interior argentino para hacer otras despedidas que la historia oficial del rock no registró. "Fuimos a hacer la despedida a Córdoba, a Rosario, al sur, y después pensábamos ir a Mendoza", contó Nito Mestre a la revista Expreso Imaginario en 1978. "Ya nos estaba gustando el asunto, porque el grupo estaba sonando realmente bien, y entre nosotros estábamos super amigos, como si no nos fuésemos a separar. Pero cuando fuimos a Comodoro Rivadavia, como si fuera una especie de llamado de no sé quién, terminamos de tocar, chocó la camioneta y se rompieron los teclados y la batería, mil cosas. Nosotros ya pensábamos con el flaco (Charly) ir a Mendoza y organizar nosotros dos la despedida allá, y después seguir, ir a todos los lugares donde no habíamos tocado. Pero llegamos al hotel y estaba todo roto, y encima, cuando nos volvimos, nos afanaron el moog. Fue el colmo".

Las últimas tres actuaciones de Sui Generis fueron el viernes 20 de setiembre de 1975 en la confitería Géminis de Comodoro Rivadavia, el sábado 21 en el Baile del Primavera del Centro Catamarqueño de esa misma ciudad, y el domingo 22 en el salón del Club Estrella Norte de Caleta Olivia. En el camino entre esa localidad y Comodoro Rivadavia, volcó la camioneta que transportaba los equipos. "Los ocupantes del vehículo, el conductor Fernando Ramos y su acompañante de apellido Rolón resultaron con heridas leves, la camioneta sufrió daños parciales y los instrumentos quedaron totalmente destrozados", reseñó un periódico sureño en su edición del martes 24 en una nota titulada "Dramático Adiós para Sui Generis: Perdieron en nuestra ciudad más de doscientos millones". Siguió la nota: "De acuerdo a una cifra estimativa de los músicos perjudicados en este accidente, las pérdidas alcanzarían a más de 200 millones de pesos viejos. Pero la desgracia se ensañó con el músico y creador de grandes éxitos Charly García, quien en esta oportunidad había traído todos los instrumentos musicales que interpreta: melotrón, piano, órgano y sintetizador, con todo el sinnúmero de implementos amplificadores, etc., que quedó reducido a material de chatarra, al igual que repuestos de elevado costo. En su totalidad eran instrumentos de importación. Como consecuencia, repetimos, Charly García perdió el fruto de toda su carrera artística que había invertido en instrumentos; Juan Carlos Rodríguez, la batería; Reinaldo Rafanelli (sic), el bajo electrónico, y Nito Mestre una guitarra Gypson (sic)".

"Los empresarios locales que habían organizado las tres actuaciones, Vicente Vega y Luis Hernández, contraron luego cómo siguieron los infortunios: 'Cumplidos los trámites legales ante la Policía de la Provincia de Santa Cruz a raíz del accidente, los músicos transportaron lo que quedaba de sus instrumentos y equipos hasta el aeropuerto del kilómetro 9. Lo depositaron en las cercanías de la sección Control de Cargas, a la espera de que llegara el personal que debía despacharlos. Eran las seis de la mañana, cuando un señor de apellido García, igual que Charly, les manifestó a los muchachos que dejaran el equipaje y que se retiraran a la confitería del aeropuerto. A las 7.15 llegamos nosotros al lugar y cuando controlamos el equipaje, notamos que faltaba un sintetizador. Le preguntamos a todas las personas que trabajaban en la estación, y nadie supo nada. Entonces radicamos la denuncia en el destacamento policial del kilómetro 8 y en Aerolíneas Argentinas. El instrumento cuesta unos cien millones de pesos, dada la suba del dólar".

"Después de ese desastre del sur, no tuvimos otro remedio que separarnos", contó Nito. "Aparte pensamos que algo había pasado, era como si alguien nos hubiera dicho: 'Bueno, negro, córtenla, no jodan más'. El último show de Sui Generis fue lamentable, en un galpón enorme donde había 50 personas con un sonido espantoso".

Ese fue el verdadero final de la historia de Sui Generis.